Hace mucho tiempo, aún no existía Facebook, ni Instagram, un muchacho fué en busca de su maestro para pedirle consejo y ayuda.
El chico, no se valoraba a sí mismo, y sentía que los demás tampoco lo hacían, (claro como no existía Instagram no le daban likes ). En resumen, quería que los demás le valorasen, que vieran como era él en realidad.
Su maestro le dijo; - Me encantaría poder ayudarte, pero en estos momentos estoy ocupado, quizás si tú me ayudas, puedo acabar antes y así ayudarte a ti.
El muchacho se volvió a sentir menospreciado, pero aceptó ayudar a su maestro.
El maestro le dió un anillo que llevaba en el dedo meñique y le dijo, - Coge el caballo y ve hasta el mercado, necesito vender este anillo para pagar una deuda. No aceptes menos de una moneda de oro.
El chico fué en caballo ( no en ferrari ehh) hasta el mercado, y allí empezó a ofrecer el anillo, los mercaderes se interesaban, hasta que oían lo que quería como mínimo por él, entonces ya no querían saber nada. Sólo un mercader le respondió con amabilidad y le dijo que una moneda de oro era un alto precio, pero que él le ofrecía dos de plata y un utensilio de cobre. Como le habían dicho que no aceptara menos de una moneda de oro, el muchacho amablemente rechazó la oferta, y frustrado volvió con su maestro, pensando en que no podía ayudarle con su deuda.
Embrujo andalusí, Carratraca |
Al llegar junto a su maestro le dijo que no había podido venderlo ni convencer a nadie del verdadero valor del anillo.
A esto el maestro le dijo que tenía razón, que lo primero era saber el valor verdadero del anillo. Ya en aquel momento sabían que para esto lo mejor es acudir a un joyero. Ve junto al joyero del pueblo, pregúntale el valor, pero no se lo vendas.
El chico cogió de nuevo el ferrari de la época ( el caballo) y para allá que fué. El joyero examinó detenidamente el anillo, y le dijo que su valor eran 58 monedas de oro. Los ojos del muchacho casi se salen de las órbitas ...58 monedassssss. - Sí - le responde el joyero- si la venta es urgente, pero podemos llegar a 70 con tiempo.
El muchacho volvió con su maestro, le dió la gran noticia.
La respuesta sabia de su maestro fué; - Tú eres como este anillo, único y valioso, y como tal sólo puede valorarte un experto, ¿ qué haces por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tú valor?
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