Morrigan

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La mitología celta es una de las que más curiosidad despierta. Una cultura milenaria, que a pesar de verse hermanada con otras posteriores, ha sabido mantener sus base cultural, ideológica y ritual. 

Los celtas eran politeístas, que quiere decir, que tenían más de un dios. En este caso, nos vamos a quedar con una diosa, Morrigan, la diosa de la muerte y vida, de los fantasmas, la guerrera (casi siempre representada con armadura y armas), la reina de lo espectral. En la cultura celta, la muerte no es algo negativo, es el paso a otro ciclo, por lo tanto Morrigan (Carrie, Morgu), también es la diosa del nuevo comienzo, de la luz. También está vinculada al amor, a la renovación y al deseo sexual.

Morrigan

Es hija de la diosa Ernmas, y tiene dos hermanas Macha y Badb, junto a las cuales forma la tríada (el 3 es importante en el mundo celta) de las diosas de la guerra llamada Morrigna. 

Morrigan, pertenece a los Tuatha Dé Danann("tribu de los dioses",), los seres mágicos que habitaron Irlanda antes que los irlandeses actuales.A la llegada del cristianismo los redujeron a reyes y héroes históricos.

Familia dioses celtas.

Como buena diosa de la guerra, está presente en todas las batallas, en forma de cuervo o corneja.Su misión, es infundir valor a los soldados, fuerza, ira y rabia. En la batalla, cuándo los soldados escuchaban o presentían a Morrigan cerca, sabían que había llegado su hora, entonces luchaban con más aínco y decisión.

Morrigan también se enamoró, de un gran guerrero, Cuchulainn (conocido también como el Aquiles irlandés). Él era hijo del dios Lugh y Dectera. Morrigan no fué correspondida, así que ella utilizando uno de sus poderes, el de transfiguración (también es una reconocida hechicera) estuvo atacando al guerrero en forma de lobo, cuervo, toro, águila, hasta que después de perder en todas las luchas contra él, pero finalmente, cuándo este bravo guerrero está agonizando atado a un árbol, Morrigan le concede la muerte (en forma de cuervo), y se lo lleva con ella por toda la eternidad. Es en ese momento cuándo los soldados enemigos, al ver un cuervo posado sobre Cuchulainn, se atreven a atacarlo, sabiendo que ya estaba muerto.

Cuchulainn y el cuervo

Morrigan, es un claro ejemplo de que la vida y la muerte en el mundo celta, están unidas. Una mujer guerrera, en un mundo de hombres.